Review: Life is Strange

Si por algo se han caracterizado estos últimos años ha sido por el resurgir de las aventuras gráficas. Compañías como Telltale han sabido coger el género y dotarlo de nuevo atractivo para los jugadores del momento, con títulos de gran carga emotiva como las dos temporadas de The Walking Dead o The Wolf Among Us, entre otras. También las versiones remozadas de aventuras clásicas como Monkey Island o Grim Fandango o las actuales Gray Matter o Cognition, por citar algunas, que siguen este corte clásico, han puesto de manifiesto esta segunda edad de oro para las aventuras gráficas en nuestras consolas, pero sobre todo en nuestro ordenador.

Pero si un aspecto ha definido estas aventuras actuales, es el gran peso que la trama desempeña en ellas. Uno de los que causó más revuelo y opiniones de todos los gustos fue Gone Home, (Ada hizo una review por aquí), que inauguró lo que hoy se conoce como "aventuras conversacionales" y que tiene tanto seguidores como detractores, aunque era innegable que la estética y la ambientación conseguían mantenerte en vilo durante toda la aventura.

Así, en 2015, aparece como heredero de todo lo anterior Life is Strange, un juego dividido en capítulos que viene auspiciado por Square Enix y creado por DONTNOD, que ya sabían a lo que venían gracias al irregular Remember Me. ¿Y quién se esperaba que fuera a causar tanto revuelo?

Max Caulfield es una joven fotógrafa de 18 años que ve cumplido su sueño de estudiar fotografía en la prestigiosa academia Blackwell, situada en Arcadia Bay, un tranquilo pueblo costero del que se despidió cinco años antes para irse a vivir a Seattle, dejando atrás a su mejor amiga Chloe. Max es introvertida y algo sarcástica y, tras vivir la pesadilla más surrealista de su vida durante la clase de fotografía, decide buscar refugio en el baño, donde evitará que un compañero mate a tiros a una chica desconocida gracias a su recién adquirido poder: volver a atrás en el tiempo. A partir de aquí, Max deberá usar sus poderes para descubrir lo que está ocurriendo en Blackwell a la vez que retoma su amistad con su vieja amiga Chloe Price.

Así contada, la historia parece una absoluta locura, pero está tan salpicada de realidad que se nos hace verosímil desde el minuto uno. La vida pre-universitaria, los grupitos de estudiantes, la amistad adolescente, el paso del tiempo, la madurez, la falta de estímulos, la vida en una ciudad pequeña en la que nunca pasa nada... todo esto se oculta tras la premisa de las dos amigas en modo detectivesco y quizá es lo que más nos hace identificarnos con las protagonistas y no querer despegarnos de su lado.

El control resulta sencillo, a pesar de que durante los primeros minutos de juego es algo lioso saber cómo interactuar con los objetos que encontramos en el escenario, ya que tendremos que mantener pulsado el botón del ratón y después movernos hacia la opción elegida en caso de jugar en PC. En consolas o al usar un mando, resulta más sencillo pues cada opción aparece marcada con un botón distinto. También tendremos diferentes opciones de diálogo que harán que los personajes reaccionen de formas diversas, aunque gracias a dios no hay contador de tiempo para responder, como en algunos juegos de TellTale.

El juego también nos indicará cuándo hemos hecho alguna acción o tomado una decisión que tendrá sus consecuencias en el futuro y siempre nos da la libertad, salvo en contadas ocasiones, de volver atrás en el tiempo y tomar otro camino, además de desbloquear más opciones de diálogo con los personajes, ya que al deshacer las acciones no nos desprendemos ni de la información ni de los objetos obtenidos. En cuanto a la dificultad, los escasos puzzles y momentos de exploración son solo anecdóticos y sirven de excusa para avanzar en la trama y darle algo de variedad a los constantes diálogos.

La música también es uno de los aspectos más sobresalientes y cuidados del juego. Infinidad de temas indies nos acompañan a lo largo de la aventura y nos ponen in the mood para lo que nos depara cada escena. La banda sonora está compuesta de temas de artistas como Syd Matters o Sparklehorse y su temática melancólica es uno de los grandes aciertos de la aventura, como podéis comprobar en esta lista de reproducción:


¿Qué más podemos pedir? Un juego sencillo, que encandila con su temática y estilo, lleno de personajes carismáticos y fáciles de querer... y además barato, ya que podemos hacernos con él por poco dinero en las ofertas de Steam o incluso en el suculento Humble Bundle de Square Enix. Por todos estos motivos y por todas las experiencias vividas con él, Life is Strange se lleva mi sello de aprobación y lo acompaña una pregunta: ¿qué hacéis leyendo esto en vez de estar jugándolo?