Cuando era una niña le dejaron el Crash Bandicoot y el Final Fantasy VIII y cayó en una espiral de vicio. Disfruta con todo tipo de juegos, pero siente una debilidad especial por los survival horror y lo pasa de miedo con el terror y la sangre. Le encantan los juegos con tramas complejas y muchas side quests. Es aficionada a ponerle motes a todo lo que aparece en pantalla.
La culpa es de los padres, que se compraron una PSX y la niña les acabó quitando el mando. Juega a casi cualquier cosa, con especial predilección por la acción-aventura, RPG y aventuras gráficas. Por lo general muy calmada, dice demasiados tacos mientras juega.
Se pasaba horas mirando cómo su hermano jugaba a Sonic en la Master System; juegos como Metal Gear, algún que otro Final Fantasy, Crash Bandicoot o Star Wars le dejaban enganchada a la pantalla. Cuando por fin le dejaron coger un mando, de los primeros juegos que recuerda haber jugado es el FFVII y Pokémon Azul en la Game Boy. Solía jugar tan sólo a juegos de plataformas y RPGs, hasta que hace un año se atrevió con los FPS. Su peor genio lo ha sacado jugando a Half Life.
Se pasaba horas mirando cómo su hermano jugaba a Sonic en la Master System; juegos como Metal Gear, algún que otro Final Fantasy, Crash Bandicoot o Star Wars le dejaban enganchada a la pantalla. Cuando por fin le dejaron coger un mando, de los primeros juegos que recuerda haber jugado es el FFVII y Pokémon Azul en la Game Boy. Solía jugar tan sólo a juegos de plataformas y RPGs, hasta que hace un año se atrevió con los FPS. Su peor genio lo ha sacado jugando a Half Life.
Cuando era una niña le dejaron el Crash Bandicoot y el Final Fantasy VIII y cayó en una espiral de vicio. Disfruta con todo tipo de juegos, pero siente una debilidad especial por los survival horror y lo pasa de miedo con el terror y la sangre. Le encantan los juegos con tramas complejas y muchas side quests. Es aficionada a ponerle motes a todo lo que aparece en pantalla.
La culpa es de los padres, que se compraron una PSX y la niña les acabó quitando el mando. Juega a casi cualquier cosa, con especial predilección por la acción-aventura, RPG y aventuras gráficas. Por lo general muy calmada, dice demasiados tacos mientras juega.
Cuando era una niña le dejaron el Crash Bandicoot y el Final Fantasy VIII y cayó en una espiral de vicio. Disfruta con todo tipo de juegos, pero siente una debilidad especial por los survival horror y lo pasa de miedo con el terror y la sangre. Le encantan los juegos con tramas complejas y muchas side quests. Es aficionada a ponerle motes a todo lo que aparece en pantalla.
Cuando era una niña le dejaron el Crash Bandicoot y el Final Fantasy VIII y cayó en una espiral de vicio. Disfruta con todo tipo de juegos, pero siente una debilidad especial por los survival horror y lo pasa de miedo con el terror y la sangre. Le encantan los juegos con tramas complejas y muchas side quests. Es aficionada a ponerle motes a todo lo que aparece en pantalla.
Se pasaba horas mirando cómo su hermano jugaba a Sonic en la Master System; juegos como Metal Gear, algún que otro Final Fantasy, Crash Bandicoot o Star Wars le dejaban enganchada a la pantalla. Cuando por fin le dejaron coger un mando, de los primeros juegos que recuerda haber jugado es el FFVII y Pokémon Azul en la Game Boy. Solía jugar tan sólo a juegos de plataformas y RPGs, hasta que hace un año se atrevió con los FPS. Su peor genio lo ha sacado jugando a Half Life.
Se pasaba horas mirando cómo su hermano jugaba a Sonic en la Master System; juegos como Metal Gear, algún que otro Final Fantasy, Crash Bandicoot o Star Wars le dejaban enganchada a la pantalla. Cuando por fin le dejaron coger un mando, de los primeros juegos que recuerda haber jugado es el FFVII y Pokémon Azul en la Game Boy. Solía jugar tan sólo a juegos de plataformas y RPGs, hasta que hace un año se atrevió con los FPS. Su peor genio lo ha sacado jugando a Half Life.